Y al abrir los ojos supe que no existía, y sin la razón de mi existir no puedo reconocerme como Ser. Definido por una voluntad impuesta de la existencia soy la negación de todo ilusorio valor humano. Carente de voluntad ante falsedades creadas por la hegemonía de una realidad absoluta, pierdo lentamente la identidad en busca de la seguridad, y en esta larga travesía por encontrar el placer surge un sueño, pasivo, ilógico; momentos de soledad y hastió, momentos en que la angustia es el único consuelo.
Vivo esa utopía sin convicción. Vivo una mente enferma. Vivo desahuciado con la idea de que Dios es una maquina, consumido por la esperanza de un sacrificio filantrópico tan decadente como inhumano. Si Dios existe, es por la devastadora voluntad del hombre y su necesidad de creer en un todo poderoso. Y se atreven a llamarlo Dios que por desconocido no es más que un ser, banales ideas que surge de las exigencias cosmopolitas. Frivolidades.
Soy mi propio Dios.
2 comentarios:
Ese eres tú.
Un abrazo, especie única. Te extrañamos en Rocky Point.
Pues si fui un ñiño hermoso aunque ahora soy extremadamente bello, de guapo me quede corto.
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